Tras cerrar en 2019 por no cumplir con la normativa vigente, hemos trabajado para solucionar todos los problemas y crear un albergue aún más integrado con su entorno. La nueva doble piel en la fachada no solo camufla el edificio, sino que resalta la importancia de la naturaleza en este lugar único.
El albergue se organiza en tres volúmenes, con una doble cubierta inclinada y placas fotovoltaicas que mejoran la eficiencia energética y ocultan la maquinaria de climatización. Además, el cuerpo central, con su cubierta ajardinada extensiva, requiere poco mantenimiento y contribuye a la sostenibilidad del edificio.
¡Un espacio donde la naturaleza y la innovación conviven en perfecta armonía!